01 junio 2007

Freud y Dignidad

Tengo amigos que pensaban que la tragedia de RCTV era una jugada genial del caudillo. El escenario era el siguiente: después de amenazas e improperios, Chávez esperaría hasta última hora, cuando la prensa internacional estuviese aquí, para ordenar al TSJ que otorgase algún amparo favorable a la planta televisiva, quedando él como un demócrata, respetuoso de las decisiones de los otros poderes del país, absolutamente independientes del Ejecutivo.

Nunca he creído en la genialidad de Chávez. Leo con asombro las teorías de sesudos analistas de oposición que lo describen como una mezcla de Clausewitz y Mao Tsé Tung, con una fuerte dosis de Maquiavelo. Para mí, Chávez ha sido siempre el típico pájaro bravo, primitivo y simplemente con una gran suerte. Por lo tanto, jamás esperé la decisión de última hora que llegase a salvar al canal más popular del país.

Es indudable que, desde un punto de vista netamente político, a Chávez le convenía "perdonar" a RCTV. Por eso creo que el análisis de la medida no puede quedar en manos de los politólogos: hace falta la opinión de especialistas en los oscuros mecanismos de la mente humana, que nos puedan explicar el odio, el ensañamiento demostrado por una persona que fue electo para ser presidente de todos los venezolanos.

Una persona, que a pesar de haber alcanzado las posiciones más altas, parece arrastrar carencias y complejos difíciles de sanar. Una persona que se ha acostumbrado a comprar voluntades y simpatías en todas partes del mundo y de repente se enfrenta a una tranquila dignidad que no está en venta. Un jeque petrolero, que descubre un país que valora la democracia y la libertad de expresión. Aunque las motivaciones fueron freudianas, las consecuencias serán políticas ¡Gracias RCTV por el ejemplo que nos has dado!

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