Lo que no se precisa es de qué se trata, a pesar de que en la práctica queda claro que se instrumenta, cada vez con mayor vigor, un régimen que quiere ser calco del totalitarismo cubano. El cierre de RCTV comporta esta medida de corte autoritotalitario. Quien funge como jefe único impuso la medida que acaba con lo poco que queda de democracia.
Este fenómeno no lo han terminado de comprender las "oposiciones", que se han prestado ampliamente a avalar la "trampa democrática" que este régimen viene ejerciendo desde la propia constituyente y que se termina de consolidar el 03D-06 cuando quien, al fin se atrevía a ganar y cobrar, otorga al gran presidente (GP) el certificado que le acredita como electo en limpias y transparentes elecciones. Atrás quedó el tiempo de las dudas y la acusación de fraude. Nacional e internacionalmente se lavó la cara a la "revolución".
Cuando el régimen corrobora que su principal apoyo reside en el adversario, llega a la conclusión de que puede avanzar hacia donde quiera en el entendido de que se le prestará toda cooperación. Es por esto que, inmediatamente después del triunfo, anuncia el inicio de la "nueva era de la revolución", que contempla la radicalización en toda su extensión.
Este objetivo trae aparejado el impulso del socialismo del siglo XXI, el control total en la fuerza armada que permite introducir los cambios que hagan posible la preponderancia de la milicia popular que tiene su fuente en la reserva, misiones y consejos comunales.
Un dominio que hace posible la imposición general de la consigna clave de la "revolución": "Patria, socialismo o muerte", "¡venceremos!".
Todo esto servirá para impulsar los motores constituyentes sobre los cuales cabalgará la "profundización revolucionaria". Y para el logro de estos propósitos se tiene que partir del dominio y total control de los medios de comunicación social.
La experiencia del año 02 es definitiva. Entonces el aparato comunicacional llevó al régimen a una situación de derrota que parecía irreversible. El 90% de los medios actuaban como entidades opositoras. Hoy todo eso debe cambiar para que la "revolución" transcurra sin tropiezos.
Y en ese contexto hay que entender la decisión de no renovar la concesión a RCTV, anunciada hace cinco meses. Sin embargo, la propia planta no pasó de asumir una defensa jurídica de sus intereses. ¿Qué lleva a la directiva de RCTV a mantener esta conducta, a sabiendas de que en este ex país no impera ninguna legalidad ni independencia de poderes? ¿Por qué se cuadra para dar una pelea que de antemano se sabe perdida?
¿Por qué hasta último momento del 27/05 Granier confiaba en que el Gobierno echaría marcha atrás? ¿Por qué se apela sólo a lo legal, lo emocional y a la esperanza de una rectificación que permitiera un acuerdo o negociación? ¿Por qué no se utilizaron los cinco meses que van desde la amenaza inicial del 28/12/06 al momento del cierre para hacer un trabajo de defensa política organizada de la planta? ¿Por qué RCTV no se junta ni apela a la calle-colectivo como instancia llamada a ejercer la defensa de su medio?
A la hora del cierre del canal, ya no hay posibilidades de debate y la protesta se hace sentir de inmediato. Todas las fuerzas democráticas se dirigen a enfrentar la imposición gubernamental. A partir de la "causa RCTV" se sale a defender la libertad de expresión y a manifestar el desacuerdo con una medida que se considera inaceptable, a pesar de que ya algunos de esos medios comienzan a ejercer la censura y autocensura para conciliar y acordarse con el régimen.
Por ello, a esta hora hay que entender por qué el régimen se lanza por el camino de la violencia-represión, que se hará cada vez más intensa y profunda. Para el jefe único está claro desde un comienzo y como "buen marxista-leninista-fidelista" que la revolución en definitiva es violenta. Y ahora se ha tomado la simple decisión de cumplir con ese cometido. Hasta este momento se jugó a la democracia pero, "llegó el comandante y mandó a parar".
Y cuando se toma el camino de la fuerza-violencia-coacción para imponer la supuesta ruptura histórica se sabe que no hay retorno. Es la creación, en términos de Venecuba, del bloque histórico de los revolucionarios y del opositor o contrarrevolucionario. La preparación para la limpieza total de una sociedad que debe quedar libre de oligarcas. Una nueva declaración de guerra a muerte, de sangre y más sangre para la "revolución".
Ya estamos ante un Estado que ha asumido el "aparato violento" como mecanismo básico de "comprensión y convivencia". Se trata de acabar o poner todos los medios e instituciones bajo el control del Estado socialista-totalitario del siglo XXI.
En los tres primeros días post cierre se registran más de 100 protestas que tienen como ingrediente básico la espontaneidad. Y a diferencia de otros momentos no surge de igual manera la réplica "revolucionaria".
Por ello el régimen siente que sólo cuenta con la vía de la represión, dejando así un alto número de heridos, lesionados y detenidos en escenarios que se habían anunciado previamente como violentos, debido a que en los mismos estaría la infaltable mano del imperio.
Y ante la falta de respuesta espontánea de los afectos al oficialismo, se ven obligados a convocar el 29/05 a una marcha de apoyo a la medida gubernamental. El objetivo es muy claro: tratar de aminorar los efectos de la protesta contra el cierre RCTV.
Porque los jóvenes y buena parte de la población en general (y no precisamente "la oligarquía") reaccionan ante la agresión a uno de los "símbolos de la comunicación" que en la práctica y ante el vacío de la entidades políticas y la ausencia de dirigencia, pasan a ocupar, por lo menos desde el 2001, la conducción de una buena parte de la política.
Y en el caso de RCTV es evidente la capacidad de convocatoria, utilizada, por cierto, sólo para procurar un apoyo-efecto externo y no para contribuir a formar un movimiento organizado por la democracia encabezado por su propio personal a quienes les habría llegado la hora de otra actuación: la lucha por la Venezuela que tendrá que ser más allá de todo totalitarismo.
Porque si no se asume una posición diferente, disminuirá la espontaneidad y aumentará el miedo-temor-angustia. A esta hora la violencia-represión del totalitarismo es irreversible. Este régimen solo podrá mantenerse por esa vía. El movimiento de protesta, encabezado por los estudiantes, también crecerá y todo puede conducir a una situación de abierta confrontación, cuyas consecuencias son impredecibles.
Y ante esta hora de totalitarismo, se impone construir un poderoso movimiento contra la destrucción de lo que nos queda de Venezuela.
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