La comuna, el experimento de organización social que se vivió en París en el año de 1871, es el referente de la Alcaldía de Libertador para la transformación de los gobiernos locales.
"La comuna de Caracas" es el título del folleto editado por el municipio Libertador para instruir a los ciudadanos en el nuevo concepto de gobierno popular que debe sustituir a los municipios, concejos municipales y juntas parroquiales, a partir de la reforma constitucional y el reordenamiento político-territorial de Venezuela.
Aunque en el texto se reconoce que "La Comuna de París" apenas sobrevivió tres meses, se aclara a los lectores del folleto que de este experimento fallido se tomarán sólo sus bondades y aciertos, haciendo especial énfasis en el carácter socialista de la iniciativa y en los argumentos de Carlos Marx.
Se omiten las menciones a las causas que originaron el fracaso de la comuna, la crítica de los pensadores que consideraron esta iniciativa como anarquista, o el relato de episodios violentos como el del "Muro de los Comuneros"
El argumento empleado por los redactores del folleto de 56 páginas para plantear la sustitución del modelo actual se enfoca en describir la incompatibilidad de los municipios, alcaldías y concejos municipales con el socialismo del siglo XXI.
"Ya las estructuras de gobiernos locales no soportan la dinámica social, política y económica emprendida en la constitución de los consejos comunales -se reflexiona en la página 4 del folleto-. Estas estructuras locales, sustentadas en modelos coloniales heredados del dominio español de hace 500 años caracterizan una estructura que adversa profundamente el valor democrático de la actual propuesta bolivariana".
La publicación resalta que los concejos municipales no legislan y que se convierten en obstáculos para el desarrollo de proyectos urgentes o imprescindibles para la comunidad, "ya que el ritualismo y burocratismo enquistados en esas dependencias, nada eficientes, frustran, incluso, las iniciativas ciudadanas"
Se acusa a los concejales de querer convertirse "en pequeños "alcalditos" que no tienen la facultad real de solucionar nada, pero generan la ilusión de poderlo hacer de manera más directa que los alcaldes, creando falsas expectativas en una comunidad que demanda soluciones y se frustra por las ineficacias de la municipalidad".
¿Cómo será La Comuna de Caracas? Esta interrogante no se aclara en el folleto. Incluso los redactores de la publicación aseguran: "No lo sabemos".
En el folleto sólo se hace referencia a que una comuna "es un tipo de organización que se erige frente al orden establecido (...) En ella el bienestar común prevalece sobre el individual, las potencialidades de cada individuo son aprovechadas al máximo en pro de todos".
Si se aclara que La Comuna debe estar formada por los consejos comunales, los que a su vez constituirán sectores comunales y éstos formarán circuitos comunales "que implican la sustitución de las alcaldías como institución".
Esta comuna debe estar integrada por ocho grupos de trabajo: secretaría, banco, contraloría, coordinación de servicios, gestión del poder popular, gestión de prevención, formación comunal y consejo consultivo.
La Alcaldía del municipio Libertador propone que en cada circuito comunal se pueda elegir a un vocero comunal, que se diferenciará del alcalde "en el sentido fundamental de no ser un mandatario discrecional, sino un ejecutor de la voluntad comunal, expresando así la práctica de aquel que tiene delegada una función concreta".
En la última página del folleto se precisa: "Nada de esto será viable sin la voluntad de transformación cultural, apoyada en la reconstrucción de los valores coloniales que preserva el municipio".
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