Por los momentos existen indicios y señas que surgen de la práctica, del diario acontecer del proceso.
Los signos del gran proyecto ideológico saltan como conejos de las palabras y acciones de los líderes del pasticho comunistamilitar impuesto a punta de labia y se concretan en la calle, entre la gente, entre el soberano.
Para el pueblo la cosa es más o menos así. Se hace lo que dice el comandante, a quien se le debe amar por encima de todas las cosas. Hay que jalarle mecate más allá de cualquier límite médico recomendado. Se debe caminar entre basura, sucio, aceras invadidas por pequeños comerciantes sobrevivientes del capitalismo salvaje. Se debe cuidar del malandraje asesino que practica el socialismo más primitivo, hace trueque: vidas por carros, celulares o carteras. Se debe andar desnudo si es necesario. Se debe ser pobre y odiar ser rico. Todo lo que Chávez afirme será juzgado como una genialidad, aunque se trate de la idea de los gallineros verticales o del gasoducto del Sur. Se debe recordar que Chávez no es un presidente. Es un genio, un ser superior, infalible y que, gracias al cielo, será eterno. Se debe creer en las promesas de Chávez. La duda será considerada traición a la patria. Quienes protesten por deudas, pagos retrasados o casas que nunca llegan, deben gritar que están seguros que Chávez no sabe nada y que sus males son culpa del imperio. Si lo atracan, cosa improbable, debe saber que es una manipulación mediática. Escuche bien a Pedro Carreño. No es un ministro. Es un filósofo, un sabio prestado a la tierra. Escuche al fiscal, al defensor y al contralor. No son funcionarios públicos. Son constructores de naciones, próceres de la historia. No pierda la oportunidad de seguir su tránsito terrenal. Simplemente viva bajo la guía del salvador del mundo. No sabe lo afortunado que es. Es un privilegio.
Para la cúpula militarcomunista el socialismo del siglo XXI, considerando el sacrificio personal de los héroes, prevé algunas excepciones. Buenas casas, buenas camionetotas, buenos salarios, buenos cargos. Son los líderes. Buena ropa, Buena comida. Excelentes tragos. Son los jefes. Un control de cambios maravilloso. Si es del cogollo especial podrá sacar por la aduana que quiera desde 20 mil dólares para Miami o, como mínimo, 800 mil dólares para Buenos Aires. Olvídese de esa tarjetica de crédito. Eso es para la gran mayoría de venezolanos agrupados en el mismo equipo de Insulza que lleva inscrito en sus franelas de la P a la O. Y de turismo social nada. Usted viaja con maletín invisible, dólares sin restricción y avión privado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario