El estudio, elaborado a partir de entrevistas a empresarios, académicos y dirigentes políticos e informaciones publicadas en los medios sobre denuncias de irregularidades, ubica a Venezuela en el puesto 162 de una lista de 179 países, lo que supone un retroceso de 21 puestos en comparación con el período anterior, donde se ubicó en el lugar 138.
En comparación con el resto de las naciones latinoamericanas, Venezuela, cuya puntuación fue de 2 sobre 10, se encuentra en el penúltimo lugar entre los países menos transparentes a la hora de manejar sus fondos públicos y realizar cualquier trámite, sólo superado por Haití, el cual obtuvo una puntuación de 1,6 y ocupa el 177 del ranking general por encima de Irak, Somalia y Myanmar.
En el continente americano sólo Chile, Uruguay y Costa Rica logran aprobar el examen, al conseguir 5 puntos. Por su parte, 11 más ni siquiera superan la calificación de 3, que quiere decir que la corrupción es percibida como "desenfrenada".
La agrupación destacó los esfuerzos realizados por Costa Rica para mejorar su imagen, la cual pasó de puesto 55 al 46 en la lista general; y recomienda al resto del Hemisferio seguir su ejemplo.
"A pesar de algunas mejoras, la corrupción sigue suponiendo una sangría enorme de recursos que se necesitan para alimentar, vestir y educar a millones de seres humanos", afirmó la presidenta de Transparencia Internacional, Huguette Labelle, al dar a conocer los resultados del Índice.
Labelle también señaló que la relación entre pobreza y corrupción "sigue patente" e informó que 40% de los países con un puntaje inferior a 3 son catalogados por el Banco Mundial como subdesarrollados o pobres, según comunicado de prensa.
Asimismo alertó que países que sufren situaciones de crisis o guerras también son caldo de cultivo para la corrupción. "La capacidad de gobernar se ve gravemente socavada en los países azotados por conflictos. Cuando las instituciones no tienen capacidad de acción o éstas no existen, los mercenarios se apropian de los recursos públicos y prospera la corrupción", afirmó, al referirse a los resultados de Afganistán, Irak, Myanmar, Somalia y Sudán, los cuales ocupan los últimos lugares del ranking.
Por su parte, el director ejecutivo de la organización, Cobus de Swardt, aseveró que la existencia de un Poder Judicial independiente es fundamental para frenar las irregularidades.
"Las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel crucial como vigilantes, pueden ayudar a estimular la demanda de reformas y también aportar su conocimiento en temas técnicos", agregó, no obstante reconoció que en no pocos países se limita la capacidad de la sociedad civil de actuar.
Transparencia Internacional no se limitó a realizar críticas a los países percibidos como corruptos, sino que también realizó demandas a las naciones que son vistas como modelos a imitar.
En su comunicado de prensa, la organización no gubernamental solicitó que se ponga la lupa sobre las multinacionales, las cuales tienen su sede en los países más ricos del mundo, y cuyos directivos suelen ofrecer comisiones a funcionarios públicos de los estados pobres donde operan, para conseguir sus objetivos.
"Es inaceptable que estas empresas usen el soborno en el extranjero como una estrategia empresarial legítima", señaló la institución con sede en Berlín (Alemania), al tiempo que afirmó: "Los centros financieros mundiales son claves para los funcionarios corruptos a la hora de movilizar, encubrir e invertir su riqueza robada. Los paraísos fiscales, por ejemplo, jugaron un papel crucial en el saqueo de millones en fondos de países como Nigeria y Filipinas, facilitando las fechorías de líderes corruptos y empobreciendo a los ciudadanos bajo el mando de dichos líderes".
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