Cómo se justifica que un gobierno que se dice "humanista" peque por déficit de obras, omisión o insensibilidad en hechos que deberían ser el norte de una gestión de corte supuestamente social?
Resulta realmente paradójico, por no decir que "insólito" el que ante dramas humanos como la muerte de seis niños en la Maternidad Concepción Palacios o los asesinatos semanales de transportistas, amas de casa, estudiantes o cualquier hijo de vecino, la respuesta de los voceros gubernamentales sean unos supuestos números fríos que reflejan una "excelencia" en la obra del Gobierno.
Para muestra un botón. Luego de la lamentable muerte de los seis recién nacidos, el ministro del Poder Popular para la Salud, coronel Jesús Mantilla, no tuvo otra respuesta para la emisora CNB que afirmar que estos decesos están dentro de las estadísticas previstas. "Eso está dentro de las estadísticas y de las posibilidades que pueden ocurrir (...) En el caso de los medios están haciendo la evaluación sobre un hecho puntual", aseveró el viernes y ya. No más explicación. Cosa de números, de estándares y¿ pasada la página. No hay más nada que decir¿ Ahh, sí¿ más números¿
"Durante el Gobierno del presidente Hugo Chávez, los índices de mortalidad infantil en el país han bajado de 21 a 14 por ciento".
Lo menos que se podía esperar en este caso era cuando mínimo un gesto de lamentación, un "esto no ha debido ocurrir". "Es una tragedia para esas madres". Un "tomaremos todas las previsiones y los correctivos". En fin, algo que demostrara que detrás de lo que cataloga el ministro como un "hecho puntual" hay seres humanos que, definitivamente, no están siendo atendidos como se merecen y como se ufana el Gobierno en su millonaria labor propagandística, sino de venta ideológica que cada vez suena más vacía al prometer un supuesto status de felicidad que nunca llega.
Con el caso de la inseguridad es la misma historia. Es fácil pronosticar cómo esta semana tendremos al ministro del ramo en rueda de prensa con unas láminas en las que nos explicará cómo los índices delictivos han bajado porque ya no se asesinan 100 personas, sino 99¿ bueno, 98 pues y que eso es una prueba irrefutable de cómo ahora todos los venezolanos nos sentimos mucho más seguros y andamos tranquilos por esas calles y avenidas de Dios.
Sin embargo, esos números también les dirán muy poco a las familias que este fin de semana hayan caído en la ruleta mortal, con el número marcado, de ya no tener con ellos a sus seres queridos.
Cuando el drama sin respuesta emerge por todas las calles, las aceras y las esquinas, unos "supuestos" números como única respuesta, suenan a burla por no decir que a insulto colectivo. Más aún cuando las otras cifras, las del enorme ingreso petrolero de estos nueve años nos hagan gritar un enorme "no hay derecho" que está en el alma de todos los venezolanos.