25 septiembre 2008

Caso del Maletín. Recopilación (114)

Gobierno aceptó todas las condiciones de Guido Antonini

Miami.- La voz de Henry Rangel Silva sonó al otro lado del teléfono. Llamaba desde Caracas a Alejandro Antonini para tranquilizarlo y asegurarle que el gobierno venezolano cumpliría con las exigencias del "gordo" -ya no lo es tanto, perdió 30 kilos- a cambio de su silencio. Sus peticiones eran tres: documentos para justificar los 800.000 dólares decomisados en Buenos Aires, dos millones de dólares (que pidió a sugerencia del FBI) y la promesa de cerrar el asunto en Argentina.

El director de la Disip se comunicó directamente al menos en dos ocasiones, el 6 y el 18 de noviembre, según las grabaciones que ayer mostró el fiscal. Thomas Mulvihill también presentó al jurado la carta redactada por el FBI y enviada por Antonini al presidente Hugo Chávez a través del cónsul en Miami, Hernández Borgo. "Querido comandante Chávez", empezaba la misiva. Además, la fiscalía mostró un cuestionario donde Franklin Durán escribió a mano las respuestas de Antonini sobre los detalles del maletín. Durán le pidió que lo apuntara y firmara, pero Antonini se negó. Así que decidió escribirlo él mismo.

En ese cuaderno aparece, descolgada, una cifra -6 millones- junto a las palabras: "transferencia Venezuela Argentina 10 años". Pero Antonini no explicó a qué se refería esa cantidad porque ni el fiscal Mulvihill ni de momento el abogado de la defensa, Edward Shohat, le cuestionaron. En el memo hay preguntas como ¿Para qué era el dinero?. Y al lado, anotado del puño y letra de Durán: "campaña". ¿A quién pertenecía el dinero? "Pdvsa". En otras líneas se lee: "Reiter y Uberti suben las maletas". "Dos maletas del mismo tipo y color". "Uberti mete la primera maleta en la camioneta que se fue". "Uberti prometió retirar las maletas".

Más adelante, cuando el fiscal reprodujo la llamada con el director de la Disip, el testigo estrella del caso insistió en que "Rangel quería que firmara el poder para el abogado en Argentina". En la primera conversación, el jefe de la inteligencia venezolana se identifica como Arvelo y nombra al "hombre alto" en referencia a Rafael Ramírez, presidente de Pdvsa. "Estoy desesperado", le dice Antonini. "El recibo y la parte financiera no son problema. Y me dijo el hombre alto (por Ramírez) que él se comprometía a solucionar el tema allá en el sur (por Argentina)", responde el director de la Disip el 6 de noviembre. Doce días después vuelve a comunicarse con Miami. Era domingo y Antonini le da las gracias por las molestias. "El gordo (esta vez por Maionica) va para allá. Alguien viene del sur para que te lleve mejores noticias", comenta Rangel. Ese "alguien" es, según testificó ayer Antonini, el viceministro de Justicia argentino, un tal "Augusto". No se pudo oír bien el apellido durante su testimonio y tampoco existe ese cargo en Argentina. "La estrategia en el sur está preparada para enero", apunta Rangel. Antonini habla también de Ángel Morales, al frente de Pdvsa Sur, y añade: "yo no estoy amenazando, pero si viene el FBI voy a decir la verdad. Pdvsa me mintió y en Argentina me dijeron que no pasaba nada". Rangel, además de prometer más llamadas, le dice que pueden ponerle "un vuelo privado" si Antonini tiene problemas con los pasajes por coincidir con el Día de Acción de Gracias.

Por último, la carta para Chávez redactada por el FBI decía: Querido comandante Chávez, el dinero se quedó en el aeropuerto y yo me quedé con las promesas de los que iban en el vuelo. Vi al jefe de seguridad de Pdvsa (por Reiter) cargar la maleta en el avión, donde había otra con más dinero. Ahora soy un hombre buscado por algo que no hice. Sólo usted puede darme garantías y un documento diciendo que salí con ese dinero de Caracas. Lo necesito para salvar mi buen nombre, además de dos millones de dólares para pagar a los abogados.

Antonini continúa explicando que se sumó al viaje para hablar con Uberti sobre un negocio relacionado con la construcción de un gaseoducto. "Pero Uberti no tenía la intención de conversar conmigo. Sólo cenó y vio la película El Padrino". Sí, en aquel vuelo los mafiosos del Padrino aparecieron en pantalla.

Detalles del segundo día de audiencia

Según la defensa, Antonini mantenía una relación sentimental con Victoria Bereziuk, secretaria del argentino Claudio Uberti en el momento del decomiso. Ayer se lo preguntó Edward Shohat, el abogado de Durán (que a su vez se enteró por Daniel Uzcátegui, hijo del ex presidente de Pdvsa Sur y también integrante del vuelo, a quien Antonini trataba "como un hijo" por su juventud -19 años-). Pero el testigo no pudo contestar: el fiscal objetó y la juez no sólo aceptó la objeción, sino que prohibió hablar de "este tipo de relaciones" en el juicio.

Shohat trataba de mostrar al jurado el tipo de implicación de Antonini en el caso. Además, demostró que no se había enterado del negocio del gasoducto en un almuerzo en Caracas el 3 de agosto (la excusa que Antonini utiliza como razón para subirse al avión). "Usted ya sabía de ese negocio desde hacía dos meses, como demuestran sus mensajes de texto con Daniel Uzcátegui", apuntó Shohat. "Sí, dos meses antes fui a la oficina de Uberti y Bereziuk me informó de los detalles", reconoció Antonini, que también cambió un detalle clave de lo que ocurrió en el aeropuerto: Antonini dijo a Shohat que no vio a Reiter meter las maletas (a diferencia de su versión anterior). Y continuó: "La única maleta que quedó fuera de la camioneta era la de los 800.000 dólares. Vi a Victoria que iba a cargarla y la ayudé. La funcionaria de la aduana me preguntó qué había y la abrí sin que pasara por el escáner. Allí aparecieron muchos billetes de 50 dólares en cuadrados perfectos. Yo no sabía nada del dinero".

El Universal

Director de la Disip prometió cumplir exigencias de Antonini

Miami.- La voz de Henry Rangel Silva sonó al otro lado del teléfono. Llamaba desde Caracas a Guido Alejandro Antonini para tranquilizarlo y asegurarle que el gobierno venezolano cumpliría con las exigencias del "gordo" -ya no lo es tanto, perdió 30 kilos- a cambio de su silencio. Sus peticiones eran tres: documentos para justificar los 800.000 dólares decomisados en Buenos Aires, dos millones de dólares (que pidió a sugerencia del FBI) y la promesa de cerrar el asunto en Argentina. El director de la Disip se comunicó al menos en dos ocasiones, el 6 y el 18 de noviembre, según las grabaciones que mostró el fiscal Thomas Mulvihill.

También presentó al jurado la carta redactada por el FBI y enviada por Antonini al presidente Hugo Chávez a través del cónsul en Miami, Hernández Borgo. "Querido comandante Chávez", empezaba la misiva. Además, la Fiscalía mostró un cuestionario donde Franklin Durán escribió a mano las respuestas de Antonini sobre los detalles del maletín. Durán le pidió que lo apuntara y firmara, pero Antonini se negó. Así que decidió escribirlo él mismo.

En ese cuaderno aparece, descolgada, una cifra -6 millones- junto a las palabras: "Transferencia Venezuela Argentina 10 años". Pero Antonini no explicó a qué se refería esa cantidad porque ni el fiscal Mulvihill ni de momento el abogado de la defensa, Edward Shohat, le cuestionaron. En el memo hay preguntas como ¿Para qué era el dinero? Y al lado, anotado del puño y letra de Durán: "Campaña". ¿A quién pertenecía el dinero? "Pdvsa". En otras líneas se lee: "Reiter y Uberti suben las maletas". "Dos maletas del mismo tipo y color". "Uberti mete la primera maleta en la camioneta que se fue". "Uberti prometió retirar las maletas".

Más adelante, cuando el fiscal reprodujo la llamada con el director de la Disip, el testigo estrella del caso insistió en que "Rangel quería que firmara el poder para el abogado en Argentina". En la primera conversación, el jefe de la inteligencia venezolana se identifica como Arvelo y nombra al "hombre alto" en referencia a Rafael Ramírez, presidente de Pdvsa.

"Estoy desesperado", le dice Antonini. "El recibo y la parte financiera no son problema. Y me dijo el hombre alto (por Ramírez) que él se comprometía a solucionar el tema allá en el Sur (por Argentina)", responde el director de la Disip el 6 de noviembre. Doce días después vuelve a comunicarse con Miami. Era domingo y Antonini le da las gracias por las molestias. "El gordo (esta vez por Maionica) va para allá. Alguien viene del Sur para que te lleve mejores noticias", comenta Rangel. Ese "alguien" es, según testificó ayer Antonini, el viceministro de Justicia argentino, un tal "Augusto". No se pudo oír bien el apellido durante su testimonio y tampoco existe ese cargo en Argentina. "La estrategia en el Sur está preparada para enero", apunta Rangel. Antonini habla también de Ángel Morales, al frente de Pdvsa Sur, y añade: "Yo no estoy amenazando, pero si viene el FBI voy a decir la verdad. Pdvsa me mintió y en Argentina me dijeron que no pasaba nada".

Rangel, además de prometer más llamadas, le dice que pueden ponerle "un vuelo privado" si Antonini tiene problemas con los pasajes por coincidir con acción de gracias.

Por último, la carta para Chávez redactada por el FBI decía: Querido comandante Chávez, el dinero se quedó en el aeropuerto y yo me quedé con las promesas de los que iban en el vuelo. Vi al jefe de seguridad de Pdvsa (por Reiter) cargar la maleta en el avión, donde había otra con más dinero. Ahora soy un hombre buscado por algo que no hice. Sólo usted puede darme garantías y un documento diciendo que salí con ese dinero de Caracas. Lo necesito para salvar mi buen nombre, además de dos millones de dólares para pagar a los abogados.
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Antonini continúa explicando que se sumó al viaje para hablar con Uberti sobre un negocio relacionado con la construcción de un gasoducto. "Pero Uberti no tenía la intención de conversar conmigo. Sólo cenó y vio la película El Padrino". Sí, en aquel vuelo los mafiosos del Padrino aparecieron en pantalla.

El Universal

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