Nuestra Constitución establece que Venezuela es un país democrático y como ciudadanos debemos ser tratados como corresponde, no somos súbditos de una monarquía.
El Gobierno está al servicio de los ciudadanos y sus funcionarios son servidores públicos. En Venezuela no hay reyes, que a su capricho puedan inventar impuestos o medidas que afecten el bienestar de todos.
Lamentablemente ya se escuchan los primeros indicadores de medidas "reales" en contra de la población.
Se evalúa la disminución del cupo de dólares para viajeros, después de haber casi quitado el cupo para compras por internet y eliminado el derecho a las personas que no tienen tarjetas de crédito y utilizaban la alternativa del prepago.
No es aceptable este tipo de medidas para "ahorrar divisas" si antes el Gobierno no ha agotado otras como: la eliminación de las compras de armamento, la suspensión de la compra de empresas productivas con pago en divisas, la eliminación del subsidio y financiamiento en la venta de petróleo a otros países, y los "regalos o apoyos financieros" que se siguen dando a otras naciones.
En situaciones difíciles hay que cuidar primero a la familia y ayudar a la comunidad. El Gobierno debe enfocarse en las actividades públicas básicas como son seguridad, salud y educación, y apoyar a alcaldes, gobernadores y sector privado, para que trabajando juntos, pasemos la tormenta.
Hay que promover y facilitar todas las iniciativas que puedan generar empleo, sin dar señales contrarias que acaben con el impulso de los que todavía invierten en el país.
Lamentablemente aparece la noticia de que el gobierno quiere "tomar" las instalaciones del centro Sambil-La Candelaria que generará 10.000 empleos directos e indirectos. La prensa reseña que los permisos fueros otorgados por la administración de Freddy Bernal en el año 2005, y que hay un 80% de avance en la obra. ¿Qué pasó? ¿Si no conviene ahora, no convenía en el 2005? Definitivamente, este no es el camino para el desarrollo del país.
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