Escribo esta reflexión mientras Héctor Rodríguez explica a través de la radio que los venezolanos no debemos tenerle miedo al comunismo. Mi intención no es realizar una disertación sobre este tema, sino entender la motivación de mis amigos chavistas y de aquellos que no son mis amigos, pero apoyan el proceso de Hugo Chávez.
Desde mi perspectiva, Chávez comienza a actuar impulsado por la máxima socialista que indica: "a cada cual según su capacidad, y a cada cual según sus necesidades".
Incluso, si revisamos la historia del siglo XX veremos como Carlos Marx llegó a proponer que todo derecho nace de la aplicación de "un rasero igual a hombres distintos".
Ambas concepciones podrían enamorar a cualquier ser pensante, especialmente a los que hemos sido menos beneficiados por la sociedad; no obstante, el enamoramiento parece morir cuando confirmamos cómo serán aplicados estos conceptos.
El proyecto de Ley de Propiedad Social que se discute actualmente en la Asamblea Nacional establece que la relación de trabajo en las nuevas empresas socialistas estará basada en la igualdad, igualdad que será establecida a partir de "la no diferenciación en los beneficios económicos por la ubicación jerárquica en el trabajo, así como la distribución de la parte de los excedentes económicos, correspondiente a los trabajadores y trabajadoras, en proporción al trabajo aportado".
En otras palabras, esta etapa del proceso revolucionario se pretende eliminar, entre otras cosas, cualquier diferenciación salarial.
Es evidente que el sector de la población que adversa a Chávez está en contra de esta tesis. ¿Y ustedes? Los que creen y apoyan la revolución bolivariana, ¿están de acuerdo en que no existe diferenciación salarial sin importar su preparación, años de experiencia o responsabilidad en el cargo?
Desde mi perspectiva, Chávez comienza a actuar impulsado por la máxima socialista que indica: "a cada cual según su capacidad, y a cada cual según sus necesidades".
Incluso, si revisamos la historia del siglo XX veremos como Carlos Marx llegó a proponer que todo derecho nace de la aplicación de "un rasero igual a hombres distintos".
Ambas concepciones podrían enamorar a cualquier ser pensante, especialmente a los que hemos sido menos beneficiados por la sociedad; no obstante, el enamoramiento parece morir cuando confirmamos cómo serán aplicados estos conceptos.
El proyecto de Ley de Propiedad Social que se discute actualmente en la Asamblea Nacional establece que la relación de trabajo en las nuevas empresas socialistas estará basada en la igualdad, igualdad que será establecida a partir de "la no diferenciación en los beneficios económicos por la ubicación jerárquica en el trabajo, así como la distribución de la parte de los excedentes económicos, correspondiente a los trabajadores y trabajadoras, en proporción al trabajo aportado".
En otras palabras, esta etapa del proceso revolucionario se pretende eliminar, entre otras cosas, cualquier diferenciación salarial.
Es evidente que el sector de la población que adversa a Chávez está en contra de esta tesis. ¿Y ustedes? Los que creen y apoyan la revolución bolivariana, ¿están de acuerdo en que no existe diferenciación salarial sin importar su preparación, años de experiencia o responsabilidad en el cargo?
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