Por las mañanas, apenas salgo a la calle, sintonizo a César Miguel Rondón, un clásico de la radio venezolana con su voz de registro grave y el análisis documentado que hace de los titulares. Casi hora y media de cola me dan tiempo como para visitar a Marta Colomina y seguirla con sus entrevistas, en el tono descarnado que calza tan bien con el talante de muchos oyentes. A las siete en punto me voy a la AM y acompaño a Javier Perera, Jessica Flores y Argenis Barreto en el Informe RCR. También suelo dedicar algunos minutos a Macky Arenas y Manuel Felipe Sierra por Radio Venezuela. Pero muchas veces, cuando la tranca se hace más sufrida que de costumbre, me traslado al extremo del dial y me aventuro con Chataing, quien atrapa a más escuchas adulto contemporáneo, además de sus fans naturales, de lo que nadie pueda imaginar.
Faltan un par de minutos para las ocho cuando debo entrar en escena con nuestro Golpe a Golpe, del cual salgo con la mitad del tanque vacío luego de lidiar con Fausto Masó, cuyo talento para la dialéctica y la diatriba ingeniosa, aparte de resultar un útil ejercicio mental, me dejan saludablemente exhausto. Así que cuando salgo del Paraíso me detengo en la 97.7 y aunque echo de menos a Claudia Galavis y sus presentaciones de los grandes compositores, con la entonación que sólo confieren el conocimiento y la sensibilidad, sigo fiel a la Cultural con Diana Insausti y su repertorio clásico.
Vuelvo a la radio al mediodía, cuando busco a los chamos en el colegio y lo hago con Informe RCR, Laura Cruces y el joven Guerrero. Hasta hace poco no me perdía Directo y sin Barrera, con Jaime Ricardo Gómez y Pedro Febles, programa futbolístico, donde se descifraban los códigos de un juego cuyos mecanismos intrínsecos, además de su carácter de espectáculo universal, se parecen tanto al juego de la política. El ácido Jorge Pulido, en Radio Deportes, es una alternativa. Pero nunca descuido al doctor Diego Bautista Urbaneja y su Linterna de Diógenes (RCR), con su análisis de la actualidad desde la perspectiva histórica y, a veces, al revés. Por la tarde me paseo por Pedro, Idania, Nelson y Miguel Ángel, pero también por Blavia y Carlos Mauricio y paro ahí porque se acaba el espacio y son muchos los que dejé por fuera.
Pero un explorador de la radio debe buscar con tesón y la 950 AM, con su música y su noticiero me hace viajar al país de los 70, 60 y 50. Hallazgo sensacional es el de las "comunitarias", con su toque amateur y arengas revolucionarias, donde destaca el capitán Otayza y sus llamados a la rebelión. Con todo, estoy apertrechado y llevo siempre mi buena provisión de CD´s porque toda esa variedad en la oferta radial es liquidada cuando sin solución de continuidad nos invade una cadena. La misma que nos quieren imponer, ilimitada, monocorde y totalitaria, los decretos del teniente Cabello.
Roberto Giusti
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