Once años hablando y haciendo promesas no cumplidas, son demasiados años y demasiados incumplimientos. Los que ayer le seguían, hoy se preguntan dónde están las viviendas para los "dignificados" que tendrían tres habitaciones, dos baños, jardín y hasta toda la línea blanca, en contraste con "las cajas de fósforos", como calificaba despectivamente Chávez a las casi 100 mil casas por año que se construían antes de su llegada al poder. Tampoco aparecieron los empleos "dignos" para que el pueblo desempleado tuviera un salario justo y estuviese protegido por una seguridad social que disfrutarían también las amas de casa y los buhoneros, ley que nunca fue aprobada por la AN rojita, atareada como ha estado aprobando las "leyes" que le permitieran a Chávez eternizarse en Miraflores. Los gremios médicos reconocen que el 64% de los venezolanos no tienen acceso a la seguridad social, ni asistencia de salud (Diario 2001 09-09-2010). Mientras las promesas dormían en el baúl de los recuerdos, el comandante se ocupaba de dilapidar los petrodólares en armas de guerra y en sus panas Fidel, Evo, Daniel Ortega y los muy astutos Kirchner. Quienes votaron por él confiaban en que sus hijos adolescentes recibirían una educación técnica de calidad que les garantizase su inserción en el mundo del trabajo, en vez de caer en manos del delito y de la droga. ¿Por qué -se preguntan las parturientas, los heridos, los viejitos y las madres de niños desnutridos- Chávez criticó tanto la salud pública de los 40 años de Democracia, y hoy son ruleteados de un hospital en ruinas a otro más ruinoso aún, muchos mueren antes de recibir atención médica y no pocos terminan amontonados en la morgue como bolsas de basura? ¿Dónde quedó el sueño de que "ahora Pdvsa es del pueblo", si la industria ha sido canibalizada por los ineptos y corruptos que redujeron la producción petrolera a la mitad, dejaron podrir más de 150 millones de kilos de alimentos y destruyeron el sistema eléctrico? Quienes votaron por Chávez pensando que por ser militar garantizaría la seguridad, hoy lo ven obsesionado comprando armas para una guerra imaginaria y, aunque su gobierno está más militarizado aun que el de Pérez Jiménez, comprueban que nunca habían estado tan desprotegidos y a merced del hampa como ahora. ¿Quienes creyeron en Chávez podían sospechar que con la larga bonanza petrolera (el barril está a $70, precio que ya hubieran querido gobiernos anteriores) iba a devaluar la moneda, desatar la inflación que diluye los salarios y violar la Constitución al imponer en Venezuela el comunismo cubano, el mismo que Fidel Castro acaba de calificar como un fracaso dentro y fuera de Cuba? Con la estampida de los precios por la devaluación y la escasez de divisas, ambas causas atribuibles a Chávez, los más perjudicados son los pobres. Justamente a quienes él dice amar y proteger.
En plena campaña electoral y derrumbe de su credibilidad, Chávez promete la cédula "del buen vivir", con lo que implícitamente reconoce que en su "reino" impera "el mal vivir". La cédula no es para comprar lo que el concesionario quiera, sino para el "consumo justo y necesario". Es decir, lo que el experto en alimentos, Carlos Machado Allison llama sin ambages "tarjeta de racionamiento", con la que Fidel sometió al pueblo cubano al hambre y la miseria. El presidente de la Asociación de Usuarios y Consumidores dice que "la tarjeta del buen vivir" demuestra que la inflación socavó los sueldos y alerta sobre "el racionamiento de alimentos" (porque serían adquiridos en redes públicas, caracterizadas por la "poca variedad de rubros" y colas ignominiosas). El economista Pedro Palma advierte que la pobreza se mantendrá con la "cédula del buen vivir"
El Foro Económico Mundial acaba de publicar un extenso índice de competitividad con una lista de 139 países en el que las falacias de Chávez sobre la superación de la pobreza quedan al descubierto. Venezuela ocupa el último lugar (es decir, el 139) en categorías tales como "Protección a los pobres" (ver pág. 366); en "Ética Política" (pág. 369) ; "Independencia del Poder Judicial" (pág. 371) y "Transparencia en la aplicación de leyes a privados" (pág. 375). Ocupa el N° 137 (págs. 367 y 368) en "Propiedad intelectual" y "Corrupción". En "Crimen y Violencia" registra el N° 135 (pág. 379) y en "Buenas Políticas Públicas" (pág 377) y "Favoritismo en decisiones oficiales" (pág. 372) de los puestos 136 al 139.
¿Buen vivir? Chávez no garantiza a los venezolanos ni siquiera un buen morir, como lo comprueban el torturador martirio de Franklin Brito y los 19 mil asesinatos registrados por el INE en 2009. Por eso, para conquistar el buen vivir y el buen morir que los venezolanos merecemos, todos a votar el 26S.
En plena campaña electoral y derrumbe de su credibilidad, Chávez promete la cédula "del buen vivir", con lo que implícitamente reconoce que en su "reino" impera "el mal vivir". La cédula no es para comprar lo que el concesionario quiera, sino para el "consumo justo y necesario". Es decir, lo que el experto en alimentos, Carlos Machado Allison llama sin ambages "tarjeta de racionamiento", con la que Fidel sometió al pueblo cubano al hambre y la miseria. El presidente de la Asociación de Usuarios y Consumidores dice que "la tarjeta del buen vivir" demuestra que la inflación socavó los sueldos y alerta sobre "el racionamiento de alimentos" (porque serían adquiridos en redes públicas, caracterizadas por la "poca variedad de rubros" y colas ignominiosas). El economista Pedro Palma advierte que la pobreza se mantendrá con la "cédula del buen vivir"
El Foro Económico Mundial acaba de publicar un extenso índice de competitividad con una lista de 139 países en el que las falacias de Chávez sobre la superación de la pobreza quedan al descubierto. Venezuela ocupa el último lugar (es decir, el 139) en categorías tales como "Protección a los pobres" (ver pág. 366); en "Ética Política" (pág. 369) ; "Independencia del Poder Judicial" (pág. 371) y "Transparencia en la aplicación de leyes a privados" (pág. 375). Ocupa el N° 137 (págs. 367 y 368) en "Propiedad intelectual" y "Corrupción". En "Crimen y Violencia" registra el N° 135 (pág. 379) y en "Buenas Políticas Públicas" (pág 377) y "Favoritismo en decisiones oficiales" (pág. 372) de los puestos 136 al 139.
¿Buen vivir? Chávez no garantiza a los venezolanos ni siquiera un buen morir, como lo comprueban el torturador martirio de Franklin Brito y los 19 mil asesinatos registrados por el INE en 2009. Por eso, para conquistar el buen vivir y el buen morir que los venezolanos merecemos, todos a votar el 26S.
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