Bueno, por lo menos siento un fresquito al saber que no soy solo yo quien siente náuseas al ver a los militares de alto rango aplaudiendo como focas para que les lancen su ración de pescado... 
El domingo, con mucha rabia e indignación, vi cómo el generalato en pleno de nuestras otrora gloriosas Fuerzas Armadas aplaudían a rabiar y reían a mandíbula batiente en la "celebración" de algo tan absurdo como un golpe de estado.
Sí, un atentado que dejó como saldo una gran cantidad de muertos, muchos de ellos compañeros de armas de los mismos que el domingo cual actores de reparto estuvieron en la "puesta en escena" que armó Chávez en Los Próceres.
Y es que allí está la esencia del socialismo de Chávez, en la evidente promoción de la muerte como elemento de amenaza, de poder y de temor sobre los ciudadanos.
Dijo, otra vez, que esta revolución es pacifica pero armada hasta los dientes, para imponer por la fuerza si fuere necesario, imaginamos, la consigna de "patria, socialismo o muerte". El domingo el General que estaba dentro del tanque hizo uso de esa frase, que tiene un lamentable sabor a declaración de guerra a los ciudadanos, si no inclinamos la cerviz y acogemos el socialismo absurdo de los rojos rojitos.
Qué vergüenza da ver tan triste espectáculo; un usurpador del juramento militar hoy presidente se burla de ustedes, se uniforma en sus caras, pero, además, los hace participar en un templete que conmemora un hecho en la historia de este país que nada tiene de glorioso ni digno. La gente en la calle dice que "por la plata baila el mono". ¿Será cierto? Yo quiero pensar que no. Quiero pensar que esto que está ocurriendo en nuestras Fuerzas Armadas no es más que una confusión, una lamentable confusión. O una pesadilla, de la que habrán de despertar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario