El grito "patria, socialismo o muerte" proferido desde una curul de la Asamblea Nacional suena muy distinto al que se grita desde un tanque de guerra. El diputado lo más que podría hacer sería lanzar su celular, que la tecnología hace cada vez más pequeño y liviano; el general jalabolivariano podría disparar su obús, cada vez más mortífero y letal. Esa es la única razón por la cual la Constitución dice que la Fuerza Armada no puede estar al servicio de parcialidad política alguna, precisamente porque es armada y la política no puede serlo.
No hay socialismo civil. El Socialismo del Siglo XXI cada vez se parece más al del siglo XX solo que en los años 2000. A partir de enero Chávez ha apurado la danza de los siete velos que ha sido su gobierno, para usar la feliz figura de The Economist. Ahora los comandantes no lo serán de la República sino del socialismo, quizás pronto la República será socialista. No es casualidad que J. Stalin, Fidel Castro, el Che, Pol Pot y demás miembros del santoral socialista vistan charreteras y botas debidamente lustradas por sus acólitos civiles.
La Fuerza Armada es de todos, y el Presidente sabe científicamente que, aun suponiendo que todo el 60% que votó por él sea socialista, lo cual es falso, el 40% restante no lo es. Consecuencia obligada: no puede haber una Fuerza Armada socialista, así como no puede haber una República Socialista, como tampoco puede haber una república capitalista, o corporativista, o musulmana o católica. El Estado no puede tener por base una ideología, una fe así sea secular o atea, como lo es el socialismo a pesar de las contorsiones de sus nuevos predicadores cuando explican que ya no es lo mismo de antes, pero se entrenan en Cuba donde los disidentes están presos.
Ya es hora de decir que ser producto de elecciones no lo justifica todo. Mussolini y Hitler lo fueron y con cambios legislativos y constitucionales fueron minando la democracia que los llevó al poder. Uno de los elementos esenciales de la democracia es el respeto de las minorías, así sean de una sola persona, y en Venezuela lo es de dos de cada cinco electores.
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