A partir de los sucesos del 11 de abril de 2002, quienes formamos parte de las multitudinarias marchas de oposición al régimen venimos siendo acusados casi a diario de "golpistas" por el presidente Hugo Chávez. Finalizadas las elecciones presidenciales del pasado diciembre, el estratega de la oposición "atrevida", Teodoro Petkoff, nos estigmatizó como "viudas del golpismo" a todos los que hemos venido denunciando el sistema electoral venezolano como fraudulento. Pero los hechos apuntan en otra dirección.
En relación a Petkoff, en el Aló Presidente No. 201 del 22 de agosto de 2004 Chávez reveló que: "…un día llegó Teodoro allá y pasó todo un día en Yare, y Teodoro, a lo mejor él lo va a negar, pero es absolutamente cierto, espero que no lo niegue,… Teodoro fue a preguntarme a mí que cuándo era la segunda rebelión, y yo le dije: No sé, Teodoro, porque no estoy yo al frente de eso, pero yo sé que va a venir… Sin embargo le di un contacto, yo lo dije: Búscate a este oficial. Oficial que hoy en día es general, y yo sé que Teodoro habló con aquel oficial, que era teniente coronel…¡Ah! Yo sí le pregunté a Teodoro: Mira, Teodoro ¿y el MAS, si viene una segunda rebelión, qué posición tiene el MAS? Me dijo: `El MAS apoya una rebelión, plenamente´. Yo dije, bueno, se lo voy a hacer saber a toda esta gente. Y se lo escribí al almirante Grüber…" [http://archivos.minci.gob.ve/doc/nro.201alopresidente-22-agos-2004(ejido-edo.merida).doc].
Cuatro años antes, en la entrevista "Una segunda opinión" (2000), Petkoff se refirió a esa visita a la cárcel: "Fui un día a Yare a visitarlos…Fue en esa oportunidad cuando conocí personalmente a Hugo Chávez. Ahí estuvimos todo un día conversando…sentí la necesidad de un gesto solidario, porque yo he estado preso también. Como en efecto, después del 27 de noviembre, también fui a visitar al San Carlos a Grüber Odremán…Fue pura y simple solidaridad con el que está preso…". [http://www.analitica.com/bitblio/petkoff/chavismo.asp].
En cuanto a Chávez es conocida su referencia a sí mismo como golpista en la oportunidad de inscribir su candidatura presidencial en 1998, "Para ustedes y para el mundo entero digo: sí llámenme golpista" (El Nacional, 25/07/98). Además, según confesó Douglas Bravo, secretario general del PRV, la incorporación de Chávez a ese partido en 1982 se hizo "sobre la base de estructurar un movimiento cívico-militar que se preparara a largo plazo para una insurgencia revolucionaria" (Garrido, A. 2000. La historia secreta de la revolución bolivariana, p. 341).
Entonces, ¿quiénes son en verdad los golpistas? De todo lo expuesto cualquiera extrae la conclusión de que estos caballeros no tienen autoridad moral ni política para andar calificando de golpista a nadie. Los hechos han demostrado que no estuvieron casados con la idea de transitar la vía democrática para alcanzar el poder.
Pero, tengamos cuidado. La acusación de golpista que se nos endilga a los civiles tiene su piquete, su "rabo e´cochino" en lenguaje de Chávez, pues sugiere que "ustedes como demócratas no pueden dirigirse a los militares y por tanto actuar como golpistas". Así pretenden negarle al pueblo venezolano el derecho que tiene de exigirle a las Fuerzas Armadas cumplir con su obligación de impedir nuevamente que otra amenaza dictatorial tenga éxito y entierre al sistema democrático. Las Fuerzas Armadas fueron un baluarte decisivo para derrotar tanto la lucha armada impulsada por Fidel Castro en la década de los 60, así como el golpe del 4 de febrero de 1992. Hoy, aunque destruidas en su moral institucional, siguen estando en el deber de hacer un esfuerzo mayor para derrotar la nueva intentona de Chávez de acabar con la democracia.
En relación a Petkoff, en el Aló Presidente No. 201 del 22 de agosto de 2004 Chávez reveló que: "…un día llegó Teodoro allá y pasó todo un día en Yare, y Teodoro, a lo mejor él lo va a negar, pero es absolutamente cierto, espero que no lo niegue,… Teodoro fue a preguntarme a mí que cuándo era la segunda rebelión, y yo le dije: No sé, Teodoro, porque no estoy yo al frente de eso, pero yo sé que va a venir… Sin embargo le di un contacto, yo lo dije: Búscate a este oficial. Oficial que hoy en día es general, y yo sé que Teodoro habló con aquel oficial, que era teniente coronel…¡Ah! Yo sí le pregunté a Teodoro: Mira, Teodoro ¿y el MAS, si viene una segunda rebelión, qué posición tiene el MAS? Me dijo: `El MAS apoya una rebelión, plenamente´. Yo dije, bueno, se lo voy a hacer saber a toda esta gente. Y se lo escribí al almirante Grüber…" [http://archivos.minci.gob.ve/doc/nro.201alopresidente-22-agos-2004(ejido-edo.merida).doc].
Cuatro años antes, en la entrevista "Una segunda opinión" (2000), Petkoff se refirió a esa visita a la cárcel: "Fui un día a Yare a visitarlos…Fue en esa oportunidad cuando conocí personalmente a Hugo Chávez. Ahí estuvimos todo un día conversando…sentí la necesidad de un gesto solidario, porque yo he estado preso también. Como en efecto, después del 27 de noviembre, también fui a visitar al San Carlos a Grüber Odremán…Fue pura y simple solidaridad con el que está preso…". [http://www.analitica.com/bitblio/petkoff/chavismo.asp].
En cuanto a Chávez es conocida su referencia a sí mismo como golpista en la oportunidad de inscribir su candidatura presidencial en 1998, "Para ustedes y para el mundo entero digo: sí llámenme golpista" (El Nacional, 25/07/98). Además, según confesó Douglas Bravo, secretario general del PRV, la incorporación de Chávez a ese partido en 1982 se hizo "sobre la base de estructurar un movimiento cívico-militar que se preparara a largo plazo para una insurgencia revolucionaria" (Garrido, A. 2000. La historia secreta de la revolución bolivariana, p. 341).
Entonces, ¿quiénes son en verdad los golpistas? De todo lo expuesto cualquiera extrae la conclusión de que estos caballeros no tienen autoridad moral ni política para andar calificando de golpista a nadie. Los hechos han demostrado que no estuvieron casados con la idea de transitar la vía democrática para alcanzar el poder.
Pero, tengamos cuidado. La acusación de golpista que se nos endilga a los civiles tiene su piquete, su "rabo e´cochino" en lenguaje de Chávez, pues sugiere que "ustedes como demócratas no pueden dirigirse a los militares y por tanto actuar como golpistas". Así pretenden negarle al pueblo venezolano el derecho que tiene de exigirle a las Fuerzas Armadas cumplir con su obligación de impedir nuevamente que otra amenaza dictatorial tenga éxito y entierre al sistema democrático. Las Fuerzas Armadas fueron un baluarte decisivo para derrotar tanto la lucha armada impulsada por Fidel Castro en la década de los 60, así como el golpe del 4 de febrero de 1992. Hoy, aunque destruidas en su moral institucional, siguen estando en el deber de hacer un esfuerzo mayor para derrotar la nueva intentona de Chávez de acabar con la democracia.
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