Esta muchachada, audaz y valiente, será motor fundamental del rescate definitivo de la tragedia venezolana. Tienen actitud crítica frente al pasado y el presente, sentido solidario y plural y, además, conciencia de protagonistas. Todo ello enmarcado dentro de una vocación libertadora que los une en la batalla. Muy pronto verá la cristalización de su esfuerzo. Para ello es necesario que nosotros, quienes integramos las generaciones precedentes de cualquier signo ideológico o existencial, les abramos paso, desbrocemos el camino y al darles todo nuestro apoyo, renunciemos a cualquier tentación protagónica que pueda contaminar, desviar o retrasar la imponente marcha en pleno desarrollo.
Esto no significa que abandonemos la lucha. Todo lo contrario, pero de lo que se trata es de darlo todo por y para ellos pensando en Venezuela.
Las generaciones anteriores somos grandes deudores de la historia contemporánea. La mejor forma de cancelar esas obligaciones es impulsando con todas nuestras fuerzas a quienes salen al rescate de la libertad y la democracia. Dejemos a Chávez rumiando su fracaso en las sombras y nuestros egos y ambiciones en el pasado.
Oswaldo Álvarez Paz
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