Chávez tenía que saber que sacar del aire a RCTV era costoso. Si el canal tenía cerca de 70% de penetración (no rating), lo que indica que la mayoría se conectaba con su señal y Chávez, por su parte, es mayoritario en las preferencias políticas del país, entonces la conclusión era evidente: hay una intersección de conjuntos y los chavistas también veían RCTV. ¿Qué, son masoquistas? No, es que ellos no estaban interesados en la línea editorial, ni en los programas de opinión, sino en la oferta de entretenimiento y eso es precisamente lo que resienten perder, luego de que ellos lo han escogido ejerciendo su derecho a la libre elección. Es obvio que no les podía gustar la medida.
Pero los beneficios para Chávez también eran evidentes. Sacar del juego a su enemigo más relevante era un lomito. Sabemos que la oposición "estructurada" no logra conectar masas populares, pero RCTV era distinto. Su audiencia se concentraba en los estratos bajos: ¡BINGO! Resulta que esta era la única institución adversa a Chávez que llegaba a su mercado objetivo: los pobres. Pues ¡fuera! y si además puede usar su plataforma comunicacional para limpiarse la cara en el mediano plazo, pues tanto mejor. Adicionalmente, esta decisión deja claro algo a los otros medios dependientes de concesiones: ¡o te pliegas o te friego!
¿Qué paga Chávez para obtener estos beneficios? Molestar a su propia gente, quienes si bien no rompen su relación afectiva con él, se quedan picados y capciosos: "¿será que la oposición tiene razón y vamos a perder nuestras libertades?". Eso no les gusta nada y hace que le sea cada vez más difícil al Comandante avanzar en su plan de radicalización sin que se le reviren. Los compensadores que le exigirán para aceptar sus propuestas, serán más grandes y difíciles de administrar. Pero este es un peligro de largo plazo, porque no hay quien capitalice hoy esa frustración. Lo único novedoso con respecto a las estrategias fracasadas del pasado, es que los estudiantes están en la calle y los vemos con orgullo y respeto, pero sin estructura, sin organización y sin conducción, eso es una lotería de cien números donde se compraron 3, aunque mejor que los partidos, que no llevan ni un quintico.
A nivel internacional la cosa es peor para Chávez. No importa que se pare de cabeza, para los demócratas, él acabó con un canal opositor y eso es inexcusable. Claro que no se quedará de brazos cruzados. Buscará mostrar a sus enemigos como radicales en permanente conspiración, donde Bush es como Drupi: esta en todos lados. Ahí esta el peligro mayor: que Chávez provoque a sus adversarios a radicalizarse (teniendo él todo el poder para desguazarlos) y los opositores más duros muerdan el peine, porque creen que hay que darle hasta con el tobo, cuando ni tobos hay.
El saldo final entre costos y beneficios no lo podemos saber aún. Si Chávez cae unos puntos de popularidad y luego los recupera con el mismo poder comunicacional que ganó, habrá justificado políticamente su acción. Si en cambio, las protestas y el desagrado se consolidan, entonces podría verse golpeado, pero aún así, la espalda le comenzará a doler mucho después. Ojalá que después de tantos errores hayamos aprendido que la buena cocina lleva mucha paleta¿ y sin paciencia no hay chocolate.
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