06 junio 2007

Verdades a juro

La revolución es salsera. La meten en marchas y en sus programas de televisión. Con un esfuerzo creativo de esos que queman sesos, usan fragmentos de las canciones para ilustrar avisos, cuñas y hasta discursos. La sabida relación salsa-pueblo-barrio es la motivación para manipular hasta con la música.

Pero hay una que repite la palabra "mentira" hasta marcar un récord mundial que vendría muy bien como himno del nuevo partido único. Una coba enorme en sus números de inscritos, en su capacidad de convocatoria y en sus fines doctrinales, que, de paso, no conoce nadie. La mentira comienza con el empujón, el chantaje y la amenaza en ministerios, oficinas públicas y en las taquilla de las misiones y becas. Un partido de mentira.

Esa vieja salsa, con la voz de Héctor Lavoe, tiene fuerza para ir más allá. Puede ser el himno de toda la revolución. Tiene todos los elementos. La reconoce el pueblo y contiene la consigna básica: las miles de mentiras del proceso, que son y serán verdades a juro.

Hablan de respetar la Constitución y la violan como si estuvieran en febrero de 1992. Dicen que todo se hace de acuerdo a la Ley, pero ajustan la legislación según el deseo imperial e inapelable de Miraflores. Las marchas tarifadas del oficialismo son demostraciones de dignidad nacional. Las de los estudiantes no existen. La regaladera de dólares para comprar cariños y lealtades son gestos de solidaridad. Mentira, pero es verdad. No hay cierre de canales de televisión lo que hay es una no renovación de licencia por lapso vencido, un cese voluntario en sus transmisiones. Es más, nunca hubo concesión. Nunca existieron. Es que la gente inventa cualquier cosa para protestar. Aquí, sin duda, se respeta la libertad de expresión de todos y cada uno de los venezolanos, especialmente los que están en la insigne lista del legislador que la ideó y promovió.

Se declaran enemigos jurados de Estados Unidos y lo acusan de invasor y colonialista, mientras se le abren las puertas y la chequera a Fidel Castro y su glorioso régimen de libertades. Pero eso no es así. Los cubanos nos ayudan y prestan sus servicios en beneficio del pueblo. Así será, entonces. Los estudiantes en protesta son bobos manipulados, pero los que apoyan las decisiones del proceso son inteligentes y con criterio a toda prueba. ¡Claro! Es malo ser rico. ¡Por supuesto! Los cerros van a ir al este. ¡Cuando quiera el líder máximo! Pero si van, tengan cuidado con molestar a los líderes del proceso que ahora viven con toda comodidad por esos lados. No se reprime. Mienten quienes dicen que hay represión. Es santa palabra. Lo dijo el infalible funcionariado del proceso. Pronto prohibirán, o los demando, que se use la palabra reprimir y habrá que decir reprender o regañar. Esa será la verdad, toda la verdad, la única verdad.

¡Qué más da!


Elides J. Rojas L.

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